Anoche, mientras Badalona parecía una mala imitación de Gotham —pero con más persianas rotas y menos presupuesto—, el alcalde desató su versión más siniestra. Con el apagón general cubriendo sus fechorías, lanzó una ofensiva contra los okupas que ni el Pingüino se hubiera atrevido a organizar.
“Si no hay luz, no hay pruebas”, murmuró, acariciando a su gato (al que ha bautizado con el nombre de Desokupa). Escuadrones municipales, acompañados de matones disfrazados de operarios de Fecsa-Endesa, irrumpieron en edificios ocupados mientras los vecinos, desconcertados, intentaban que sus móviles no murieran al 3% de batería.
Los desalojados afirman que todo fue digno de una peli mala de superhéroes: linternas apuntando a la cara, gritos de “¡fuera de mi Gotham!” y una banda sonora improvisada de alarmas comunitarias y algún perro histérico.
El comunicado oficial del ayuntamiento fue una obra maestra del cinismo: “En la oscuridad todos los gatos son pardos y todos los okupas, desalojables. Siguiente pregunta.”
Mientras tanto, algunos ciudadanos, emocionados por el toque cinematográfico de la noche, han empezado a llamar al alcalde “El Joker de Llefià”, aunque otros prefieren “Dos Caras”, por aquello de las promesas electorales que nadie recuerda ya.